jueves, 5 de marzo de 2009

Claustrofobia



Rodeada de gente plástica, sin un ápice de interés ni respeto por el día que se despliega por la ventana, me siento encerrada en un cubo de vidrio donde grito y nadie me oye, me muestro y nadie me ve. Me río de mí misma al darme cuenta que mientras hablo sólo quiero callar y escribir, callar y escribir… pero no escribir esos informes cuadrados ni estructurados, sino que escribir a mis anchas, inventar, soñar, evocar tiempos felices, porque estoy segura de que los tuve alguna vez.



La sangre se me ha vuelto de tinta, inevitablemente. No puedo parar de idear una siguiente historia al tiempo que, sentada en la mesa de reuniones, me hablan de actualidad, problemas y soluciones evaluadas con calculadora. El tedio de mierda me cierra los ojos como el molesto letargo de un sereno. Divago entre los vericuetos de mi mente echándome a volar, aprovechando al igual que una niña traviesa estos valiosos segundos de receso como si saltara en charcos de agua, jugara con hojas secas y riera con el cosquilleo de la brisa próxima del otoño… no… ya no puedo dilatarlo más… esos segundos se han terminado, acaba de llegar la chica de los cafés y ahora me piden que proyecte un esquema en la pizarra para seguir con el trabajo… me vuelvo a encerrar…

4 comentarios:

Diego Jurado dijo...

Hola Andro.
Así me siento yo también, aveces, en esas circunstancias. Estan descriptivo que leía y me estaba viendo. Y escapo de la misma forma. Tenmos l imaginación,yla pluma o el lápiz...
Un placer. Me gusta.
Un beso.
Diego

Ondina dijo...

Si no existiera la prisión, no se valoraría tanto la libertad. Ánimo. Te quiero.

Anónimo dijo...

Diego,
Gracias por pasar por esta calle ;)

Me alegra saber que no se está solo en el mundo, que hay otras personas que comparten el mismo sentimiento cuando se desea escapar y vivir diferente.

Un beso grande, mi niño, cuidate!

Mud,
Tienes toda la razón, si no existiera la prisión no sabríamos apreciar la libertad, como si la oscuridad no existiera no valoraríamos la luz, etc... A veces es bueno recibir un poco de disgusto para valorar mucho más lo que te gusta...

Un beso, amiga y yo también te quiero

Anónimo dijo...

Y de nuevo das duro en el punto que más duele.
Ver como pasa la vida, página con página y yo esperando que en algún momento, al igual que ocurre en mi cabeza, el enemigo vil que ataca mi ser sea derrotado, y que las letras que conforman mi alma puedan liberarse sin andar entre escondrijos y en harapos. !Ah! como quisiera verlas volar libremente por entre los caminos vagando como cuando corría hacia el borde del camino e imaginaba que me aventuraba en el bosque y escapaba de aquí.
Se siente tan vacío, como un baso medio lleno que solo contiene lo que no me gusta y en cual me siento ahogar. Y espero que alguien comprenda, que sepa y responda, con una voz parecida que eleve lo que yo quisiera elevar y entonces caigo de mi ensueño y veo a los robotitos sin nombre que son todos números y repetición, que responden a ordenes por miedo a que en el trayecto de la creación, ellos salgan perdiendo. U.U Triste, muy triste.