miércoles, 27 de abril de 2011

Causa y remedio para la añoranza, la distancia


Sólo bastan algunas semanas de completo silencio para que se forme un nuevo vocabulario de palabras ausentes, palabras vacías que no tienen vocales ni consonantes. Hay que tener cuidado con las promesas, son compromisos que nadie pide, que nadie exige, tienen el efecto terrible de un boomerang para quien las dice y la de una navaja afilada para quien las cree esperanzadamente, por no decir ciegamente. Hace falta coraje para volver a ser fieles como un niño, nos urge abandonar el photoshop intrínseco que usamos para aparentar todo el tiempo y ser de nuevo auténticos. Prefiero mil veces que alguien se largue de mi lado en silencio que haciendo bulla con juramentos. Me aburre, me da lata. Existen quienes dejan el sentimiento congelado como en una cámara criogénica esperando que se mantenga joven, firme, eterno… esa idea onda Dorian Gray realmente me apesta, porque llegará el fatídico día en que la añoranza envejecerá de golpe y tendré que sacrificarla usando la misma causa de la distancia como arma.

martes, 26 de abril de 2011

Muestra de lealtad


Mientras paseaba a mi perro por el Parque Forestal, lo vi. Vi a mi ex marido de la mano con la mujer por la que me dejó. Mi primer impulso fue el de esconderme tras un árbol, de abrir un hoyo en la tierra y enterrarme viva, de atravesarme en ese tráfico de mierda y esperar que me pasara un bus del Transantiago por encima, cosa que no era difícil sino que muy probable. Mi perro lo olió a distancia reconociéndolo enseguida. Años soportando sus pestilencias, era lógico que su olfato lo notara sin problemas. Tuve que sacar fuerzas casi impropias para no soltar la correa porque el muy animal se empañaba en correr hacia él.

-Ya me basta con un traidor en mi vida- le dije a mi mascota, tironeando para controlarlo.

Sin embargo, no importó mi esfuerzo, la correa se cortó a la altura del collar y el perro salió disparado en su dirección. No pude evitar sentirme un poco decepcionada. Me ubiqué en una banca dándome lo mismo que me vieran o no desde donde estaban. Pensé en irme a casa y dejar que me abandonara también mi propio perro pero me senté a esperarlo pacientemente. Mi ex se detuvo en un carrito de la esquina y le compró una rosa a la tipa que le sonreía como una idiota. En eso estaban, cuando mi perro llega por fin a su lado y sin preverlo, lo mea largamente en las pantorrillas y vuelve a mí corriendo como si nada. Me largué a reír a carcajadas. Le prometí doble ración de alimento al volver a casa.

lunes, 18 de abril de 2011

Dar amor y recibir sexo


Él la miró y se dio cuenta que la extrañaba aun teniéndola entre sus brazos. Trato de estrecharla más a su cuerpo creyendo que se convertiría en humo en cualquier minuto. Le hizo el amor desesperadamente pero fue casi como masturbarse, ella no estaba allí, no lo miraba a los ojos, guardaba silencio como si hubiera olvidado el castellano y eso le abrió heridas en el pecho que le ardían cual quemaduras. Comprendió que sobre aquel colchón sólo uno estaba entregándolo todo completamente vulnerable, mientras que el otro viajaba lejos quizás pensando en un tercero. Él sintió celos, quiso gritarle su infidelidad a la cara pero no tenía más pruebas que la corazonada, la maldita percepción. Supo que los papeles se habían invertido y era él quien amaba esa noche y era ella quien sólo tenía sexo.

martes, 5 de abril de 2011

Somos otoño tú y yo


Siempre que camino sobre las hojas secas en días de abril el otoño me canta. Cae una lluvia lenta de pétalos añejos convirtiendo todo lo nuevo en antiguo, en tiempos pasados que fueron mejores. Entre estas cortinas de tono sepia te recuerdo y una tonelada de años me cae encima. Me siento una joven demasiado vieja, una fulana pegada que no logra liberarte y caigo a tierra sin remedio, impregnándome de ese oro en polvo que cubre los caminos. Arroja nuestras fotografías al viento estival, que éste las arremoline hasta convertirlas en follaje, en un tornado gentil que revuelve nuestros recuerdos por la calle. Ahora, cuando transites, las verás esparcidas por el suelo y nos crearás de manera subconsciente parte del paisaje.