martes, 26 de abril de 2011

Muestra de lealtad


Mientras paseaba a mi perro por el Parque Forestal, lo vi. Vi a mi ex marido de la mano con la mujer por la que me dejó. Mi primer impulso fue el de esconderme tras un árbol, de abrir un hoyo en la tierra y enterrarme viva, de atravesarme en ese tráfico de mierda y esperar que me pasara un bus del Transantiago por encima, cosa que no era difícil sino que muy probable. Mi perro lo olió a distancia reconociéndolo enseguida. Años soportando sus pestilencias, era lógico que su olfato lo notara sin problemas. Tuve que sacar fuerzas casi impropias para no soltar la correa porque el muy animal se empañaba en correr hacia él.

-Ya me basta con un traidor en mi vida- le dije a mi mascota, tironeando para controlarlo.

Sin embargo, no importó mi esfuerzo, la correa se cortó a la altura del collar y el perro salió disparado en su dirección. No pude evitar sentirme un poco decepcionada. Me ubiqué en una banca dándome lo mismo que me vieran o no desde donde estaban. Pensé en irme a casa y dejar que me abandonara también mi propio perro pero me senté a esperarlo pacientemente. Mi ex se detuvo en un carrito de la esquina y le compró una rosa a la tipa que le sonreía como una idiota. En eso estaban, cuando mi perro llega por fin a su lado y sin preverlo, lo mea largamente en las pantorrillas y vuelve a mí corriendo como si nada. Me largué a reír a carcajadas. Le prometí doble ración de alimento al volver a casa.

1 comentario:

ny dijo...

JAJAJA! por eso amo a los perros!!!!!