miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un paseo dominical


Bendito sea el estar vivo aún y volver a verte, bendita sea la memoria y los recuerdos que no me abandonan ni me traicionan… bendito sea el camino de tierra que se despliega entre nosotros ubicándonos en un mismo espacio. ¿Qué más podría pedirle a la vida a mi edad? ¿Cuánto más podría estirar mi suerte en esta vejez tan poco elástica?

Te observé a distancia, te observé caminando con pasos inseguros y temerosos provocándome recrear muy bien los que diste alguna vez hacia mí corriendo con alegría, donde yo te elevaba por la cintura y recibíamos el frío de las olas en nuestros pies… ¿Te acordarás de esos veranos en Valparaíso? ¿Te acordarás de nuestras tardes azarosas en el funicular hace ya tantos años? ¿De los eternos paseos por la bahía? La tensión de mi ceño experimentado se remarcó gracias a la nostalgia y preferí sonreír con dificultad.

¿Quién era ella? ¿Quién te acompañaba del brazo con tanta dedicación? Dejé escapar mi imaginación dando rienda suelta a mi mente y la idealicé como nuestra hija, la que pudo haber consolidado el amor entre nosotros, la que pudo habernos prevenido de las malas decisiones y asegurado la felicidad, pero no… no era mía, aunque lo deseé… como nunca antes había deseado nada en décadas.

Estabas hermosa. La delineación de tu boca no había cambiado nada a pesar de las rayas de una vida sacrificada sobre el labio superior. Tu cabello blanco no encandiló esa intrigante belleza de mujer morena que había conocido, esa mujer de carácter y felinos movimientos que bien pudo enloquecerme con sus besos de ninfa apasionada. Quise oír tu voz, quise oír de nuevo tus “Te amo” que la brisa marina me había arrebatado. De cualquier forma, no habría caso alguno porque estoy quedando sordo. Mi sentido del oído se había cansado de darme el privilegio de escuchar, simplemente se dejó vencer ante las voces poco importantes, bloqueó sonidos que a mi edad resultaban insignificantes y se disculpó conmigo por hacerme falta… me sentí impotente, como si fuese un marinero sin sirenas en altamar.

Disminuí la velocidad patética de mis propios pasos y me aferré a mi bastón con más ahínco que a la vida misma. Estaba decidido a hablarte, estaba absolutamente determinado a detener tu paseo para descolocar tu domingo con viejas reminiscencias. Sin embargo, no lo hice, no pude hacerlo. Me ingenié miles de maneras de estrechar tu mano, de dirigirme a ti y decirte mi nombre, pero esa espera perpetua antes de ser recordado, se hubiera convertido en el peor de los castigos sobre esta tierra… mantuve esa distancia que sólo la genera el respeto- ¿o será el miedo?- y te vi pasar cerca de mi hombro… encogida, vulnerable y maravillosa, delegando tu peso a la joven a tu lado como una heroína al término de una batalla ganada. Enmudecí al punto de tener que extirpar de mi pecho un insípido “Buenas tardes” que respondiste con un débil ademán. Creo que morí sin darme cuenta. Seguí mi camino temblando y volteé la mirada para darme cuenta por un breve instante… que tú también habías volteado para verme alejarme… para nosotros ya era demasiado tarde…

2 comentarios:

Ondina dijo...

Nooooooooooooooooooo!

Anónimo dijo...

TT___TT dios! Fuerte andro!

Es protagonista es un anciano muy dulce, que pensamientos mas intenso cuenta.
Yo creo que el tiempo no debería ser un impedimento, pero las cosas en la vida son tan diferentes a las que pensamos. Vemos algo que ya es prácticamente imposible; pero la verdad solo es que tenemos miedo al fracaso y por ese sentimiento q nos nace, vemos imposible y bajamos los hombres, volteamos y nos marchamos. Yo pregunto: acaso las cosa imposibles no puede ser posibles?, si pueden… claro q si con determinación, entrega…

** el viejito enamorado de su amada.. me encanto, osea el tiempo ya paso para ellos, pero opino q para amar no ahí tiempo, ni distancia, ni mal alguno que pueda frenar.. es solo cuestión de tomar aire, sacarpecho y salir a enfrentar nuestros propios miedos y inseguridades..

*o* q lindos… ellos!


atte
majo


pd:

Tu musa de la literatura,
Oh, princesa de las historias
Buscas un refugio en tus pensamientos,
Pensamientos que colman tu pecho
Y ahí tu, en tu ser te llenas de fuerza

Tu, musa de tu propio mundo
¿Por qué naciste asi?
Naciste asi, por la simple razón
Eres y serás siempre el pincel de un gran obra cumbre

Ideas, pensamientos, historias, frases, oraciones,
Complementos tuyos…
Oh, princesa literaria… he me aquí
Expresando mi mas simple y humilde…admiración