martes, 20 de marzo de 2012

Otra cosa es con lluvia



Siempre supe que la lluvia me devolvería esos recuerdos hogareños. El fuego vivo crepitando en la chimenea, los niños correteando por la casa, los juegos de mesa a media tarde y yo, ronroneando a sus pies mientras ella preparaba algo caliente en la cocina. Años han pasado de eso. La chimenea ya no se usa, los niños crecieron, la ancianidad ha cobrado su parte y los inviernos cada vez son más fríos y más secos.
Hoy, sorpresivamente comenzó a llover… y yo, tal como me lo esperaba, comencé a llorar.

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