martes, 11 de mayo de 2010

Una nueva actitud


A través de la ventana del restaurante te vi y detuve mi andar. No tuve la menor duda de que eras tú por la forma en que acomodas tu cabello cada vez que platicas con alguien. Sonreí a pesar del fuego que me hervía las venas. Estabas cenando con mi rival, esa cualquiera que no dejaba de mirarte la boca al hablar. Ignoré el movimiento de la gente en la vereda mientras estaba detenida allí sin saber qué hacer ni qué pensar. Sus hombros chocaban con los míos en un roce común de todos los días. Parece que el mundo es demasiado pequeño para todos o somos como las hormigas que necesitamos de contacto al pasar.


La tomaste de la mano y mis desvaríos se interrumpieron. De seguro le hablabas algo divertido porque esa idiota no dejaba de reírse. Me pregunté desde cuándo eras tan gracioso y mis cejas se arquearon de puros celos. Apreté mis manos enguantadas, indiferente al frío y a las gotas que comenzaban a caer sobre mi cabeza. Ideé miles de maneras para entrar a la batalla de forma radical. Pensé en llegar y verter el vino de las copas en sus caras, o descargar mi ira en la ensalada y usarla como sombrero para tu cabeza. Sin embargo, retuve mis instintos casi heroicamente a sólo pasos de invadir el restaurante. Tú y yo no teníamos nada. Jamás me habías dicho un Te amo o un Te necesito a mi lado. En mi dedo no había anillo alguno, no teníamos ningún lazo que nos uniera más que las noches de locura enredados en tu cama.


Aún rumiando entre dientes, igual entré al local creyéndome la nueva Brigitte Bardot. No sé por qué pero de pronto me embargó una seguridad que jamás creí posible en mí. Me aproximé a tu mesa aparcada en un rincón del salón e ignoré las palabras del anfitrión que tal vez me preguntó si necesitaba mesa para uno. Ni siquiera lo escuché. Una vez a sólo dos zancadas de ustedes, esa perra me miró como si fuese el diablo en persona. Ella sabía de mí y yo de ella… qué cosa más estúpida. Le dediqué dos segundos de mi atención para luego volverme a ti, decidida. Tus ojos desorbitados por la sorpresa merecían una fotografía para capturar el momento. Me sonreí internamente. Sin pensarlo ni un instante, me incliné, te tomé por ambas solapas de tu camisa y te besé. No sabía lo que estaba haciendo, pero al sentir tu boca contra la mía quise que lo recordaras por siempre. Después de casi extraerte el alma, me erguí de nuevo y salí de allí tal cual entré, sintiéndome dueña del mundo y de las miradas.


Fuera del restaurante, pude sentir cómo cada extremidad de mi cuerpo temblaba como gelatina. Tuve que sujetarme de un árbol un segundo para no irme al carajo y arruinar mi nueva actitud. ¿Qué mierda había sido eso? Seguí caminando tratando de mantenerme inalterable, me recordé como letanía religiosa que era fuerte y determinada aunque mi valor había quedado en el restaurante. Alcé el mentón esperando en una esquina la luz verde para cruzar. Cuando me dispuse a hacerlo, escuché una carrera frenética a mis espaldas. Al voltear reparé que eras tú. Me abrazaste para acto seguido besarme como si la vida misma dependiera de ello. Sonreí para mis adentros. Brigitte Bardot: 1… Perra: 0.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

JaJaJaJa, Muy Bien Brigitte.... Gracias Por sacarme a pasear por tu mente un rato y poder extraerme del lugar físico en el que me encuentro......No tengo palabras para describir como plasmas tus historias en papel... realmente tienes "UN DON ESPECTACULAR"....sigue así, ojalá alguien encuentre tu talento....
saludos a la distancia....desde el frio cerro....

Drama Queen dijo...

Já. Me encantoooooó! A veces el coraje nos da la fuerza necesaria para hacer cosas que terminan bien o mal. Nunca se sabe. Pero la eufória de ganarle la batalla a los miedos e inseguridades, nadie te la quita.

Excelente!

tercerasalida dijo...

Siempre pasa eso!!! por eso no hay que mirar por las ventanas. Sí por las ventanillas, que van más rápido
che, quería invitarte a que veas la invitacónque tengo en mi blog www.tercerasalida.blogspot.com

marucita dijo...

que momentooooo!!!!
Me encantó.

Laucha dijo...

Excelente! No paré de leer ni un segundo, la verdad que me gusto mucho. Felicitaciones.

Si mis aires de inspiración se parecieran a Chile, estaria eternamente salvado.

Saludos !

Laucha

AnDRóMeDa dijo...

Mario,
Gracias por tus palabras y por seguir leyendo lo que escribo.
Cuidate!

Amy,
Siempre rondas por estas calles alocadas y te lo agradezco muchisimo. Sobre lo que dices de la euforia es muy cierto, nada es mejor que eso cuando se sabe un obstáculo superado :)
Un besote!

Juan Sebastián,
Muchas gracias por pasar por aquí y comentar :) Me di una vuelta por tu espacio y me ha encantado. Espero seguir leyendo tus creaciones. Tienes mucho qué decir y mucho talento para contarlo.
Un abrazo!

Maruuu!!
Jejejeje, gracias por incentivar a que cosas así salgan de mi cabeza para ponerlo en letras. Espero seguir deleitándote.
Cuidate mucho!

Laucha,
Gracias por ese elogio a mi tierra llena de inspiraciones. Te mando un abrazo a distancia y ojalá te siga interesando en otro escrito ;)
Saludos!