lunes, 26 de julio de 2010

Personajes


Creí sentirte a mi lado mil veces y mil veces entregué la vida por ello. Sonreía ante una historia que escribí para los dos, imaginando los diálogos que dirías por mí y las actuaciones que yo haría por ti como un actor entregado. Te envolví en sonetos, en prosas, en telones que reemplazaron tu ropa. Eras mi actriz más sincera y yo muchas veces un espectador desesperado por tocar tu escenario. Son amargas las palabras que brotan de un corazón roto. Como el veneno rancio de una serpiente muerta. No hay vida, no hay luz, no hay movimiento que justifique un embeleso. Las apuestas a ganador fallan perdiéndose hasta la sonrisa. Creo que aposté de más porque mis labios ya no saben cómo estirarse.

De pie frente a mí no hacemos más que mirarnos. Y yo sólo aprieto mis frías manos. Siento pasar el oxígeno por mis pulmones como una tubería abollada. Necesito un cigarrillo, así justifico el ruido por vicio y no por llanto. Dices algo que no comprendo. Veo tu boca moverse pero mis oídos se niegan a cumplir su labor. No te entiendo y me reclamas eso. Agitas tus manos… yo sólo las sigo sin hablar. Un golpe tuyo voltea mi cara. Mi mejilla comienza a arder y tú comienzas a llorar. Tus lágrimas siempre tuvieron el efecto terrible de caerme encima como rocas y me aplastan. Fuimos cómplices, fuimos uno, fuimos el verso que nadie escribe. Nos observamos sin tiempo y nos dimos cuenta de una sola cosa: soy el personaje que se va de la escena y tú el que se queda para limpiar las huellas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tristeza me da. No tengo mas palabras. Cuidate, un saludo desde el frio cerro.

AnDRóMeDa dijo...

La idea no es la tristeza, sino que el aprendizaje de que no se debe ser parte de una obra en donde los personajes terminan por desconocerse y dejarse.
Cuidate, nos vemos pronto!

Anónimo dijo...

la distancia hace estragos, melanconlico, y triste.

se entiendo a la perfeccion.

Saludos que este re bien.

Daniel E.