jueves, 22 de julio de 2010

Miente


El joven trató de besarla pero ella se resistió, luchó, le cruzó la cara de una sola bofetada y salió corriendo a lo largo de un callejón solitario. Él no se daría por vencido, no la dejaría irse así tan fácilmente. El cielo estalló sobre sus cabezas derramando una lluvia copiosa, gorda y pesada. Mientras corría para darle alcance, no pudo sino sentir ese exquisito dolor del amor desbordado en su pecho. Respiraba sí, pero ya no tenía espacio para el aire. Cuando la tuvo a sólo dos zancadas, la tomó por la muñeca y la volteó hacia él para detenerla. Era una batalla épica mucho más peligrosa que las ganadas por bombas. Ella, con sus cabellos empapados adheridos a sus mejillas, parecía el ejemplo viviente de una obra de arte renacentista. El joven la besó furiosamente encerrándola contra la pared de ladrillos a un lado de los contenedores y de los gatos que huían de la lluvia. Segundo a segundo, él recogía sus labios con el mismo fervor de un hambriento. El mundo había dejado de tener sentido.

- ¿Me amas?- le preguntó por fin. La muchacha frunció el ceño e hizo el gesto de limpiarse la boca con el puño de su abrigo.
- No- respondió pero no pudo ni mirarlo a los ojos al decirlo. Lo empujó lejos y reanudó su carrera frenética. El joven sonrió… amaba su forma de mentir.

2 comentarios:

Patu dijo...

Me encantó.

AnDRóMeDa dijo...

Me alegro que le haya gustado, mi niña, besos!!