Luego de una travesía por los recónditos pasillos de mi mente, aprendí que si deseo hallar la inspiración tal vez sólo debo cerrar mis ojos y hacer lo contrario...
El cielo se llena de paraguas cuando lo miras
con tus ojos desolados, silenciosamente se da cuenta que en tu cabeza y en tu corazón
está ocurriendo una tormenta.