Hay veces que me recuesto y pienso que en
más de una oportunidad te escribí una carta. No recuerdo si con el miedo
imperioso con el cual me visto diariamente logré enviártelas pero estoy segura de
que lo hice. Tengo un vicio más que el del tabaco y son las letras, lo sabes. No
me considero buena hablando pero toda una loca elocuente escribiendo. Qué manera
de irme por las ramas y no precisar nada, pero de ese nada siempre me hago
cargo. Soy una dispersa que consume ideas de su entorno y muestra al mundo su
mirada perdida, paradójicamente atenta. Disparo municiones y luego me retraigo
en mi trinchera esperando salir ilesa, esperando respuestas… esperando Tu
respuesta. Si no he caminado por tu senda puedo decir con total seguridad que
lo he hecho muy de cerca. Me conoces, me observas, y posiblemente en algún
momento me sonríes. Cuando eso pasa, el día amanece nublado porque sabes que me
gusta.
miércoles, 10 de abril de 2013
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1 comentario:
Me gustó especialmente este texto... ¡Un abrazo!
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