Exclamó la escritora golpeando la mesa:
-¡A la mierda esos atardeceres de soles
derretidos que adornamos con metáforas!, ¡Que se pudra la luna que nada nuevo
tiene qué enseñar y mucho qué aprender!, ¡Que se quemen los poemas y sus versos
medidos, exactos y a la fuerza rimados!, ¡Que se joda el amor romántico y sus
promesas de mierda que tornan todo maloliente a su paso! ¿Para qué arriesgar?
¿Para qué escribir verdad si la mentira vende mucho más? ¿A quién le importará
si existe un corazón roto o una cama fría en este lugar? Todo pasa en Nueva
York y nada en Santiago, todo pasa en Los Ángeles y nada en Buenos Aires. Los amores
de antología y el apocalipsis suceden en otra parte… Dios salve Madrid, París,
Roma y Copenhague, que la Reina salve Inglaterra y su elegante reloj de hora
perfecta… que los amantes se encuentren en Campos Elíseos y en lo posible bajo
la lluvia para inspirarnos y poder enamorarnos, porque los ocurridos en Lima, La
Paz o Caracas no son más que putas anécdotas pasadas por alto.
1 comentario:
Guau... Que genial este escrito, realmente genial. Y muy bonita la foto, me ha gustado bastante. ¡saludos!
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