El universo que no fue es una idea que nos vuelve pequeños, tan ínfimos como granos de arena flotando en el océano. No existe mayor inyección de adrenalina que aquella que surge de miradas enfáticas, de instancias poderosas como las de un reencuentro o una propuesta. Te ofrezco empezar de nuevo, dice él… ¿Serás capaz?, pregunta ella, y todo parece un torbellino de paralizantes miedos. El inquietante salto de fe nos hace tan humanos como la desobediencia, la mentira o la pena. Somos como niños temerosos de caer, de romper un plato, de recibir un regaño. Cuando se ama no hay un claro comienzo, es el sueño despierto que nos emociona la vida y nos impulsa a vivirla porque somos aventureros, aunque muchas veces cobardes.
lunes, 1 de agosto de 2011
El universo que no fue
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3 comentarios:
Esta reflexión. Lo que esperan encontrar los amantes. Su pasado intacto, su pasado de enamorados y lo que sintieron. Claro, el viento se lo llevó. Presente, presente, presente. Creo que sí.
Besos.
Igor,
Tal como dices: es el presente lo importante, esperar que el pasado impere o perdure, es iluso.
Un abrazo!
:(
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