Y empezó a temblar. No se había dado cuenta hasta ver la bola de la disco moverse como péndulo rabioso sobre su cabeza. El movimiento aumentó y no se había dado cuenta hasta que la gente comenzó a gritar y a empujarse hacia la salida. El mar se salió y no se había dado cuenta hasta recibir el muro de agua aplastando su casa. Sobre lo último no puedo culparla, jamás dieron la alarma.
miércoles, 22 de febrero de 2012
En un país de despistados
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2 comentarios:
Joder, me has dejado helado. Al principio, totalmente descolocado. Y al final helado, porque me he metido en escena.
Muy impactante.
muy descriptivo...te felicito por tus envolventes letras...
bss
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