jueves, 29 de julio de 2010

Al Crítico por Oficio


La vida tranquila y segura del Crítico no es más que un jardín artificial de árboles plásticos pero hermosos. Su boca, ennegrecida y hedionda, sólo rinde homenaje a las palabras envenenadas que se divierten destrozando, apabullando el arte de los osados. Su oficio no arriesga nada, son como la piedra en medio del río donde a su alrededor nadan los salmones que luchan contra la corriente. ¿Por qué reposar en sus manos muertas los cientos de sueños de uno, de otros, de todos? ¿Por qué dejarse influenciar con su flauta de encantador maldito para bailar a su antojo? El Crítico critica el valor con la tinta de su cobardía, es el emperador con el pulgar hacia abajo en el coliseo de los atrevidos. Aplauden la anti poesía y enlodan la prosa, glorifican la insolencia y acribillan el talento. Son capaces de negar un Premio Nacional de Literatura a cambio de páginas y páginas con odas “a la cebolla”, “al espárrago”, “al lápiz que compré ayer y era negro”. Es tiempo de subir el pulgar a los gladiadores que luchan en las arenas de todo el mundo en busca del éxito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que fàcil es destruir, lo valorable es construir.

como lo haces tu en tu bloog.

Pero no toda la critica es así, pero la destructiva y mala leche si!!

cuidate no envejezcas.

xD

D.E.